
Duelo después de una histerectomía: Más que una cirugía, una experiencia humana
Según la Organización Mundial de la Salud (2023), la histerectomía es la segunda cirugía ginecológica más frecuente a nivel global, solo superada por la cesárea. Sin embargo, su impacto trasciende lo físico: Implica una transformación emocional profunda, ligada a construcciones culturales que equiparan el útero con la identidad femenina.
El cuerpo como territorio simbólico
Cada cuerpo, mente y corazón es único, aunque el útero no sea
visible, se hace visible ante su ausencia. Para muchas personas, este
proceso desencadena un duelo, a menudo puede venir acompañado de cambios
hormonales, que pueden afectar la autopercepción. En pleno 2025, persisten
estereotipos que estigmatizan a quienes viven esta experiencia, asociándolas
con conceptos como "vacío" o "pérdida" inclusive son perpetuadas como
celosas de aquellas mujeres que pueden gestar.
Rompiendo paradigmas
Contrario a narrativas de perdida, existe evidencia en la que la
histerectomía para algunxs pacientxs fue una forma de mejorar
significativamente su calidad de vida, salir, pasear sin dolor
permitiéndoles recuperar su autonomía. La histerectomía es
entonces un acto de autocuidado que devuelve la capacidad de
existir en paz.

